Autora: Arwen Grey
Título: Nuestra luz
Harlequín
Sinopsis:
Claudio es un artista
que aspira a convertirse en Monet, su tocayo. Estrafalario, puntilloso, amante
de lo clásico, tiene su vida planeada al milímetro. Ahora ha encontrado el
apartamento perfecto, con el ventanal perfecto, la luz dorada perfecta. Y tal
vez a la vecina perfecta. Elsa es alocada y lo ve todo con un matiz algo
distinto al resto del mundo.Le gustan sus limoneros, la luz dorada de su patio,
y también su nuevo vecino. Ha decidido compartir todo lo bueno de su vida con
Claudio, aunque tenga que tomarlo por asalto. Para ello tendrá que hacer saltar
los oxidados engranajes del artista, empuñando unas tijeras, una cortina vieja
y muchos, muchos besos.
Reseña:
Historia en la que se
pone de manifiesto que los polos opuestos se acaban atrayendo. Por un lado está
él, Claudio, un tipo algo rarito que está acostumbrado a planificar su vida
hasta el mínimo detalle. Busca la perfección en todo y cuando conoce a Elsa, pues
claro, surge la complicación porque ella es todo lo contrario. Divorciada,
alegre, la típica persona que se deja llevar sin medir las consecuencias, que
no planifica nada. No se plantea una relación en ningún momento. Y a Claudio el
gusta ir poco a poco. Algo loca y lanzada, pondrá pata arriba la vida de él.
Al menos ambos
comparten su pasión por la pintura, pero claro aquí también surgen las
diferencias. Elsa enseña pintura a niños y ancianos algo que a él no le acaba
de convencer.
Como en cada historia
de la autora, nos encontramos una variedad de personajes secundarios
variopintos. Agustina, que se pasa todo el día pintando un pene, que al final
servirá para dar un giro interesante a la trama. Los niños que solo piensan en
que Claudio pinte a Elsa desnuda. Y la niña cuyo interés está en saber si con
la pintura ganará pasta; de no ser así, prefiere dejarlo y no perder el tiempo.
Por último tenemos que
centrarnos en la vida que ha llevado Claudio hasta ese momento. Lo que
representa para su familia. Siempre ha sido considerado un bicho raro e incluso
su madre pensó que era gay, hasta que lo vio con una chica. Es por ese motivo
que entendemos el final de la historia cuando se presenta junto a Elsa en la
celebración de las bodas de oro de sus padres.
Es resumen, se trata de
una historia divertida, sobre el arte, la pintura y los colores que te saca
alguna que otra sonrisa. Una narración al estilo tan característico de la
autora presente en otras novelas como Mi paraíso eres tú o La
nube azul.
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