Reseña: No me quieras de Raquel Gallagher

A veces hay que alejarse de las historias azucaradas para adentrarse en historias más crudas y reales como la vida misma. No por ello dejan de ser románticas (que esta historia tiene sus pasajes) pero ofrecen la cruda y dura realidad en la que viven algunas personas. Hoy, No me quieras de Raquel Gallagher.

Titulo: No me quieras
Autora: Raquel Gallagher
Edición: Ediciones B. Selección RNR
Género. New Adult
Año: 2015
Páginas:116
Sinopsis:

¿Qué sucede cuando tu peor enemigo duerme cada día a tu lado y en tu misma cama?

Clara Balboa es una universitaria de diecinueve años atrapada en una relación monstruosa. Álex, su novio, es un chico guapísimo, con un cuerpo de infarto y la apariencia de un actor de Hollywood. Pero tanta perfección no es más que fachada, una bajo la que se esconde un monstruo despiadado, controlador y egoísta que disfruta convirtiendo la vida de Clara en un infierno.

Para ella no hay escapatoria. No hay forma humana de escapar de ese infierno. O eso pensaba hasta que Hugo apareció en su vida para proporcionarle un halo de esperanza y mostrarle una cara del amor que hasta el momento desconocía.

RESEÑA

¿Qué sucede cuando te encuentras sola en el mundo y la única persona que puede ayudarte es un monstruo? ¿Cómo puede una chica salir del infierno en el que vive atormentada desde hace años?

La historia de Clara no es un cuento de hadas, aunque si lo comparamos como tal entonces si encontramos ciertas similitudes como vais a ver. Voy a tratar de suavizar las impresiones que esta historia me ha dejado porque de verdad que a medida que leía se me revolvía el cuerpo. Sobre todo en ciertas escenas. Pero no por ello deja de ser buena literatira. Excelente, me atrevo a decir, porque redactar la realidad que viven las mujeres como Clara como lo ha hecho la autora es para quitarse el sombrero.

Yo, aquí y ahora mismo. No podría hacerlo. No podría escenificar las escenas que he leído y sentido. 

Clara es la pobre muchacha que vive su particular infierno. Podemos decir que recluída en su torreón y a merced del monstruo que es su novio. La aparición de Hugo, al que podriamos calificar como el príncipe que viene a rescatar a la princesa de su cautiverio y a mostrarle que hay vida lejos del monstruo. Ese sería el planteamiento novelesco de la historia. Vamos con la realidad.

Clara vive anulada por un tipo que no merece el calificativo de novio, pareja, etc. Podemos darle muchos calificativos. Y dentro de esa propia anulación como persona entra las continuas humillaciones y maltratos hasta el punto de que ella prefiere sufrir en silencio ese infierno a involucrar a los demás (su amiga Lenny y Hugo, nuestro caballero) Porque es consciente que ese infierno puede ser extensible a ellos y causarles problemas innecesarios por su culpa. Clara, he señalado, no tiene a nadie más. Es huérfana y en su momento se aferró a la mano que Alex le tendía sin saber lo que le esperaba. Pero es que en esta situación encontramos dos posturas diferentes:

-Por un lado ella piensa que se lo debe. Que en cierto modo su manera de comportarse con ella es algo justificado porque ella es un poco patosa, tímida. Más bien se ha visto completamente anulada por Alex. En parte cree que le debe algo por haberse ocupado de ella. No es que justifique el maltrato de Alex pero parece resignarse y no pelear. 

-La postura de Alex es la de: <<te salvé la vida así que hago contigo lo que quiera>> <<Y si lo hago es porque te quiero. Que si no te quisiera...>> De aquí el dicho de <<Hay amores que matan>> Debo decir que hay escenas muy duras (no voy a describirlas) en las que él sí justifica sus actos con ella. Le molesta cualquier cosa de ella, cualquier comentario fuera de tono, llegar tarde, no responder a sus llamadas. Busca el más mínimo pretexto para justificar su maltrato físico y emocional. 

Menos mal que dentro de tanta maldad la autora nos regala momentos tiernos entre Hugo y Clara. Cuando él le confiesa sus sentimientos y como poco a poco va conquistándola. En un principio Hugo no es consciente de la vida que lleva ella, pero cuando lo descubre no vacila en permanecer a su lado. En ayudarla, en ofrecerle su apoyo, su comprensión y mostrarle que hay una vida diferente y mejor para ella. Sólo tiene que enfrentarse a sus miedos, al pánico que siente cada vez que suena el móvil. 

Hay un momento crucial para mí en la novela que es cuando Clara decide desafiar a Alex. Cuando decide enfrentarse al monstruo y es por el verdadero amor que siente por Hugo. Cuando ve que Hugo va a en serio con ella. Que está dispuesto a jugársela por ella. Hay algo que cambia en Clara y le infunde valor y decisión para llevar adelante su plan.

No voy a contaros el final pero es un giro que no esperaba, lo admito. Le daba vueltas y vueltas a la manera de salir del laberinto emocional de Clara. Incluso leía con inusitada atención cada palabra que pronunciaba Hugo buscando algo. Sentía que algo se me escapaba mas pendiente de la ternura que flota cuando ambos están juntos. Un final acertado y con un giro inesperado al estilo de esos relatos de Poe, Amelie B. Edwards, u otros escritores góticos. 

Destacar también las alusiones literarias al romanticismo inglés. Ha habido algún momento en el que me recordaba mi paso por la Universidad estudiando lo mismo que los personajes. El Romanticismo inglés tan presente en la novela.

Con un estilo directo, duro y crudo en momentos cumbre de la trama, No me quieras te atrapa desde la primera línea y te conduce por el infierno que vive Clara. Pero también te hace pensar en lo que les pasa por la cabeza a todos esos hombres que maltratan a las mujeres. Una historia tan real como la vida misma que nos muestra el lado más duro de la realidad en la que siempre hay una Lancelot dispuesto a salvar a Ginebra. Un Orfeo dispuesto a descender al infierno para slavar a Eurídice. Bien, se podrían establecer más similitudes. 

El final queda abierto y presumo que habrá una continuación, aunque la novela puede leerse de manera individual sin esperar un segunda entrega. Una novela contundente que no dejará indiferente al lector.