Seguimos con las reseñas de este mes de Marzo. Ahora la encantadora Elizabeth Bowman compañera en dos editoriales, y Cuando decide el corazón. Una historia preciosa que hay que leer sin prisas para embriagarse de su romanticismo.
Título: Cuando decide el corazón
Autora: Elizabeth Bowman
Editorial: Vestales
Páginas: 352
Año: 2014
Sinopsis
Inglaterra, 1803. Fanny Clark vive junto a su
familia en la tranquilidad rural del condado de Sheepfold. Allí comparte la
casa con su padre, dos hermanos y una madre que lo único que disfruta más que
los chismes son las intrigas para casar a su hija con alguien adinerado. De
todos modos, a Fanny lo que más le gustan son los libros, las novelas que
muestran a mujeres decididas y a amores desmedidos.
La calma en su vida se verá interrumpida cuando deba viajar a Londres a acompañar a Charlotte, su mejor amiga, que va a ser presentada en sociedad. Allí, Fanny conocerá las absurdas convenciones, la innecesaria ostentación y los aburridos bailes en los que se topará con el oscuro Oliver Hawthorne, al que ella tildará de asno.
La calma en su vida se verá interrumpida cuando deba viajar a Londres a acompañar a Charlotte, su mejor amiga, que va a ser presentada en sociedad. Allí, Fanny conocerá las absurdas convenciones, la innecesaria ostentación y los aburridos bailes en los que se topará con el oscuro Oliver Hawthorne, al que ella tildará de asno.
La fiebre de su hermana menor que la obliga a regresar a Sheepfold y la llegada a su casa del misterioso Jarrod Rygaard, un estadounidense amigo de su hermano, completan, para Fanny, la trama de su propia novela: disputada por dos hombres, disputada por la vida en el campo o en la ciudad, ella deberá elegir cómo hacer aunar lo que desea.
Reseña
No voy a decir lo maravillosa que me ha parecido
la historia. Ni cuanto admiro a Elizabeth Bowman por su manera de escribir. Serena,
dulce y embriagadora, sino que voy a analizar la historia desde cuatro puntos
que he encontrado en el texto.
El primero sería la diferencia que establece la
escritora entre vivir en el campo y hacerlo en la ciudad. Sheepfold vs Londres.
Esta misma diferencia la hacía Charles Dickens en Oliver Twist. La vida en el
campo es más bucólica que en un Londres lleno de humo, oscuro y donde la
suciedad campa a sus anchas fuera de los lujosos salones de baile. Por este
motivo Fanny rechaza de plano la idea de pasar la temporada en Londres buscando
un marido, como le aconseja y manda su propia madre. Londres le parece un lugar
no deseado, con su corrupción, su delincuencia, su suciedad… Mientras que en el
campo ella se encuentra más cómoda rodeada de la naturaleza.
El segundo tema en cuestión y ligado a la
diferencia entre campo y ciudad sería la búsqueda de un marido. Con esta
pretensión Fanny acompaña a su amiga Charlotte a Londres, aunque ella no sienta
la más mínima intención de hacerlo. Sin duda que esta situación la refleja la
autora con gran precisión. Queda claro
que el papel de la mujer era buscar un marido al cual darle hijos para
perpetuar su linaje. Educarlos, tomar el té con las amigas, bordar y demás
quehaceres propios de una dama del siglo XIX (Como le pregunta la madre de
Oliver Hawthorne cuando sospecha que su hijo se ha enamorado de ella. Un repaso
a su currículo social para comprobar si es digna compañera de su hijo) Ahora bien,
cuando descubrimos que Fanny no se dedica a nada de lo que hacen las damas de
la época, sino a leer novelas y a disfrutar del paisaje bucólico del campo
entonces nos damos cuenta que estamos ante una muchacha que va contra las
normas de la sociedad en la que vive. Una mujer que no se calla y dice lo que
siente y piensa en cada momento. Mordaz. Audaz y deslenguada. Una Jane Eyre.
Pero son estas características las que llaman la atención de nuestro personaje
masculino Oliver Hawthorne. Y es que como suele suceder nos fijamos en las
personas que se salen del montón, y Oliver no es menos cuando conoce a Fanny.
Sin embargo, vemos que la sociedad y las personas
son crueles. No dudan en burlarse del comportamiento de Fanny, empezando por su
madre, la madre de su amiga, el propio Hawthorne y su madre. ¿Por qué? Porque
es una muchacha que dice, piensa y siente lo que quiere. Y eso es algo
intolerable en una mujer de su época. Que lea novela gótica como Los misterios de Udolfo de Anne
Radcliffe, llama poderosamente la atención.
El tercer elemento sería como las propias madres
de Fanny y Charlotte se burlen de ellas porque no hacen lo que ellas desean. Pero si bien la señora
Clark alienta constantemente a su hija Fanny a buscar un marido, la señora
Morton es cruel al tacharla de alguien que no tiene ninguna opción en la
sociedad: un paria. Pero como sucede en los cuentos, al final ella se quedará
con el príncipe.
A todo este entramado de la sociedad, la autora
nos presenta un último elemento en la forma de un misterioso y oscuro personaje
procedente de América. Lo primero que observamos es el rechazo de la propia
sociedad británica hacia los americanos a los que rechazan. Pero la hipocresía
de la señora Clark es tal que en un momento dado se olvida de todo ello e
intenta que Fanny se acerque a él para poderla casar. Rygaard, nombre del
americano, esconde algo que no se desvela hasta casi el final de la historia.
Cuando el corazón decide está escrita con pasión.
Se percibe en la manera de narrar de la autora un cuidado, una delicadeza a la
hora de narrar que he percibido en pocas escritoras. Su manera de contarnos la
historia, de presentarnos a los personajes es delicada, pausada. La historia de
amor se va forjando con calma; sin ninguna prisa y con pequeños detalles que te
arrancan una leve sonrisa. Una historia de amor para degustarla despacio, y que
se va deshaciendo como un azucarillo en una taza de café.
Una historia romántica con influencias notorias
de las escritoras románticas del siglo XVVIII. Y que me ha recordado a mis años
de estudiante cuando leía a Jane Austen, María Edgeworth, Charlotte Bronte, o
el propio Sir Walter Scott.
Una novela muy recomendable para creer en el
amor. En los pequeños detalles que forjan las grandes relaciones. Y no hace
falta recurrir a escenas de pasión y desenfreno. Basta una mirada, una caricia
o una sonrisa para enamorar y sin duda que Fanny Clark lo consigue.
Muchas gracias, compañero, por esta adorable reseña. Una vez más has captado a la perfección la esencia de esta historia, sin duda una de mis favoritas por todo el significado que encierra.
ResponderEliminarMuchos cariños.
Hola kike, paso de puntillas porque la estoy leyendo ahora mismo y tengo que decir que estoy disfrutando mucho de la pluma de Elizabeth!!!
ResponderEliminarUn abrazo!!
me tomo la licencia de responderte desde el blog del amigo Kike para decirte... ¡GRACIAS!
Eliminarmuacckkssss
Una reseña fantástica, Kike, lo tengo en espera, y tratándose de Elizabeth estoy segura de que disfrutaré mucho de esta historia.
ResponderEliminarBesos.
Gracias a kike y gracias a las dos, mis queridas.
ResponderEliminarTiene una buenísima pinta el libro y tengo muchas ganas de leerlo, a ver si llega el verano y me pongo a ello. Un besazo.
ResponderEliminarFantástico análisis de la novela, Enrique. La tenía anotada para leer pero después de tu reseña ya no me cabe duda de que habrá que comprarla. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Mercedes, gracias por pasarte por aquí. La verdad es que es una historia romántica de verdad. De la que te dejan una sonrisa en la boca. Una novela escrita con el corazón.
EliminarUn abrazo