29 ene 2015

Reseña: Raptada por el jeque de Kris Pearson

Lo primero que quiero es dar las gracias a Itziar de Author's Area por este ejemplar. Una cuarta novela de esta escritora de Nueva Zelanda, y que como las anteriores posee una ritmo vertiginoso a la hora de narrar, y que convierte la historia en una lectura sencilla, amena y que atrapa desde el comienzo. 



Titulo: Raptada por el jeque
Autora: Kris Pearson
Editorial: Amazon
Páginas: 218
Sinopsis:

Secuestrada. Seducida. Satisfecha. Laurel de Courcey es capturada por una banda de terroristas, encadenada en un bunker asqueroso y filmada para divulgar una petición de rescate en todo el mundo.
Pero, ¡uy, se equivocaron de rehén! ¿A quién se le ocurre que alguien vaya a pagar un rescate por una tímida niñera neozelandesa? Muy pronto Laurel acaba atada a la cama del jeque Rafiq, que la rescata y se erige en su guardaespaldas personal, muy personal. Pero ella tiene buenos motivos para no fiarse de los hombres.
Prisionera en su antiguo pabellón de caza real ubicado en el corazón del desierto “para su propia protección”, Laurel se rebela. Siguen espectaculares fuegos artificiales, peligrosos intentos de fuga y una historia de amor imposible.
ATENCIÓN: Contiene un ardiente jeque con una lengua maliciosa y una resistencia ilimitada.

Reseña:

Una vez leída esta historia me ha quedado la sensación de haber estado viendo una película de acción con dosis de suspense y unos giros en el argumento, que no esperaba. La acción se plantea de una forma tan propia de una película que no te da tiempo a soltar el libro. (Mi modesta opinión) El secuestro de una mujer que no a quien pretenden secuestrar; el infiltrado en la banda que ayuda a la secuestrada; el verdadero origen de ese infiltrado; Toda una serie de elementos extraídos del cine. No tiene nada que ver con las anteriores novelas que he leído y he reseñado de la misma autora. La trilogía Picardía en Weillington. Pero no por ello la hace más atractiva al lector.

Un romance que surge poco a poco entre Rafiq y Laurel. Y lo primero que s enos viene a la mente es el verdadero motivo por el que Rafiq la ha liberado de los secuestradores. Con este punto se incia una trama de intrigas y falsas apariecnias. ¿Qué busca Rafiq? ¿Quién es en realidad? Lo que sí queda claro es que se siente atraído por Laurel desde el primer momento, pero más que su físico, tengo la impresión de que es su carácter luchador, rebelde y algo salvaje. No duda en ningún instante en intentar escapar de él, porque teme su comportamiento. Sin embargo, a medida que avanza la trama y ambos comparten la casa a la que Rfiq la ha conducido para mantenerla a salvo, surgen a parte de los consabidos tirones en la relación, surge, digo la irremediable atracción. Laurel comienza a creer en él y esa confianza se va transformando en deseo. Inician una relación que plantea un serio problema a Laurel. Es consicente que una vez que el peligro haya pasado, ella se hará libre para volver a su casa. Este es el primer planteamiento de la novela.

La segunda cuestión tiene que ver con la verdadera identidad de Laurel. Una vez que su rostro sale por televisión para exigir un rescate, su abuelo cree reconocer en ella a su hija. Comienza entonces una especie de odisea por reunirse con su nieta. Es desde ese instante que sabemos cual ha sido la verdadera vida que ha llevado Laurel. De una casa de acogida en otra. Una vez juntos, gracias a la ayuda del propio Rafiq, se plantea el consabido dilema de ¿qué va a suceder entre ellos? ¿La separación será para siempre? ¿Cómo se reencontrarán? Dado que todo parece tan complicado a lo largo de la historia, el final es más simple pero para ello tendréis que leer la novela.

Con una narración trepidante, propia de una película de acción, Kris Pearon nos adentra en la ardientes arenas del desierto para narrarnos una historia de amor. Llamar la atención acerca de Rafiq, quien no es el típico jeque de las novelas o de las películas.



1 comentario:

  1. Hola Kike, una novela a tener en cuenta, gracias por la reseña!!

    Un abrazo!!

    ResponderEliminar