Ya está aquí la antología La llave publicada por Elle Levy en http://www.kissabookblog.com/. Ha sido un verdadero placer colaborar una vez más, ya lo hice en la antología Seda y fuego, y estoy seguro que no será la última. También quiero aprovechar la ocasión para dejaros el que ha sido mi relato. Espero que disfrutéis con la antología.
La boda estaba
en su mayor apogeo. Hacía rato que los invitados ya habían comenzado a bailar
al son de un grupo de mariachis contratados para tal ocasión. La pareja de
novios lo hacía entre aplausos, vítores de felicidad, y sonrisas. En una mesa
dos personas charlaban de manera cordial, relajada, sin prestar atención a lo
que se desarrollaba en el jardín de la casa, donde se había celebrado la
ceremonia.
-Pensé que no
vendrías. La verdad, ha sido toda una sorpresa encontrarte – comentó la mujer
de ojos oscuros y mirada curiosa al chico sentado a su lado.
-Entonces es que
me conoces mal.
-Sin duda.
Pegarte la paliza de viaje que te has dado para estar hoy aquí. ¿Lo has hecho
por ella? –le preguntó con un toque de curiosidad, intriga y expectación por su
respuesta, al tiempo que volvía su mirada hacia la novia.
Él sonrió
burlón, cínico, mientras apuraba su copa de champán.
- Nunca se me
pasó por la cabeza no venir.
- Pensé que tal
vez…
-Nos distanciamos.
Eso es todo –le dijo anticipándose a su pregunta, la cual intuía.
-¿Desde que nos
licenciamos? –El tono de extrañeza por este hecho lo sorprendió.
-Cada uno siguió
su camino. Postgrados, masteres, becas, prácticas –le enumeró mientras se encogía
de hombros y ponía cara de circunstancia.- Teníamos un brillante provenir, y
ganas de comernos el mundo. Sin ataduras. Sin sacrificios.
-Me choca que
después de los años que estuvisteis juntos, pudierais distanciaros como lo
hicisteis.
-Escucha Megan
–le dijo llamándola por su nombre por primera vez, al tiempo que se incorporaba
en la silla para mirarla fijamente- son cosas que suceden.
-¿Tienes pareja?
–le preguntó de manera directa mientras sus cejas subían y bajaban de manera
insinuante. Le arrancó una sonrisa que derivó poco a poco en una carcajada.
-¿Me estás
tirando los tejos? –le preguntó con su habitual toque burlón, pero sintiendo
que ella hablaba en serio. Creía que sabía que estaba solo. Cada vez que
iba a visitarlo a Bruselas, siempre lo
veía solo. ¿Por qué ahora se lo preguntaba?
-Sólo quería
saber tu situación sentimental. Nada más. Nunca me sentiría interesada por ti
–le dijo entre risas, aunque la verdad era otra.
-Gracias por el
cumplido –dijo alzando su copa a modo de brindis.- Pero, a lo mejor puedo
hacerte cambiar de idea. ¿Quieres bailar?
-¿Un mariachi?
–le preguntó sorprendida por su invitación mientras le sonreía por la propuesta
que acababa de hacerle. Pero cuando vio que se levantaba y se dirigía hacia
ella decidido, no le quedó duda de ello. ¡La estaba invitando a bailar! Nunca
durante los años que se conocían lo había hecho.
Lo siguió hasta
la improvisada pista de baile, donde las parejas seguían bailando y cantando. Megan
dejó que sus manos rodearan su cintura, provocándole un repentino pálpito, un
pronunciado escalofrío, y que la meciera al sonido de las guitarras y lo
violines del grupo. Bailaron y rieron ajenos a las miradas y comentarios de los
demás. Por un momento, Megan soñó con que aquel baile no fuera algo pasajero;
quería que fuera algo más. Se sentía atraída por él desde hacía años, y podría
decir que había acabado enamorándose durante sus continuas visitas a Bruselas.
Pero no tenía el valor para confesarlo, ni siquiera aún sabiendo que él estaba
solo allí. Lo curioso, después de todo, era que entre ellos dos si había habido
una estrecha amistad. Ella se había encargado de mantener el contacto, y había
comenzado a visitarlo en su casa de Bruselas. ¿Locura? ¿Estupidez? ¿O
simplemente se dejaba llevar por su corazón? En cualquier caso lo había hecho y
cuando supo que vendría a la boda de su amiga en común, y ex de él sintió que
el estómago le daba un brinco.
-Eres bueno
bailando para ser un hombre –le dijo mirándolo con gesto risueño en su rostro.
-Eso es todo un
cumplido viniendo de tu parte. Al parecer ya he conseguido que te fijes en mí.
Sintió su mirada
fija en él. Sus ojos refulgiendo con gran intensidad, su sonrisa risueña. Lo
achacó a la bebida más que a otra cosa. Le gustaba la manera en que lo miraba,
como su cuerpo se acoplaba al suyo en esos momentos, como sus manos lo
acariciaban. ¿Por qué se estaba fijando en esos detalles en ese momento? ¡Por
favor ella había dormido en su casa, habían compartido días en Bruselas! Nunca
la había visto así. ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué la había invitado a bailar
cuando él era bastante malo haciéndolo?
La canción
terminó y mientras la gente aplaudía ellos permanecían mirándose fijamente como
si estuvieran completamente solos. Hubo de desviar la mirada cuando sintió que
los ojos negros de Megan lo miraban con tal intensidad, que llego a creer que
sabía lo que había estado pensando de ella.
En ese momento,
Ariadna se acercó hasta ellos para saludarlos. Megan la contempló acercarse
hasta Cris para darle dos besos, y sintió una punzada de celos.
-Pensé que no
vendrías.
-¿Tú también?
–le preguntó sorprendido.- Megan también pensaba que no lo haría.
La sorprendió
volviéndose para mirarla mientras le tendía la mano y ella en un impulso sin
explicación la tomó. Durante unos segundos sus manos permanecieron unidas como
si ellos dos hubieran acudido juntos. Como si en verdad… Y cuando Ariadna bajó
la mirada hacia estas, Cris no la soltó sino que pareció que la retenía contra
la suya.
-¿Bailamos? –le
preguntó de manera directa.- ¿Te importa si te lo robó unos minutos? –le
preguntó a Megan esbozando una sonrisa de complicidad. Se quedó callada,
cortada, sin saber qué decir. ¡Pensaba que estaban juntos!
-Vuelvo en
seguida –le dijo Cris sonriéndola de manera dulce mientras le guiñaba un ojo.
Los vio alejarse
mientras una extraña mezcla de sentimientos se adueñaban de su ser. ¿Ariadna
pensaba que estaban juntos? ¿Y Cris? ¿A qué había venido su sonrisa y su guiño?
Sin duda que deseó que la canción terminara antes de empezar.
-¿Bailas?
La pregunta la
cogió desprevenida. Ante ella se encontraba un hombre apuesto que la miraba
como si le implorara que aceptara el baile. Megan seguía tan confundida por
todo lo que estaba sucediendo, que asintió sin pensarlo.
-Te noto cambiado
–le comentó Ariadna cuando estuvieron a solas.
-Pues yo me veo
igual que siempre.
Ariadna sonrió
burlona, como si no se acabara de creer sus palabras.
-Celebro que
hayas venido. En serio. Pensé que tal vez…
-¿Estuviera
molesto porque te casabas? –le preguntó sorprendido.
-Bueno, todo
este tiempo sin apenas tener contacto… No sé si hice lo correcto en invitarte.
Cris sonrió
cínicamente porque acababa de encontrar sentido a su presencia allí cuando
desvió la mirada para encontrar a Megan bailando con otro hombre. Sus miradas
se cruzaron por un breve instante pero para Cris fue como una revelación.
-¿Estás con
Megan?
Cris miró a
Ariadna como si acabara de decirle la verdad que durante los últimos meses
había permanecido oculta en el interior de su corazón.
-Sé que ha
acudido a Bruselas bastante a menudo. Y puedo aceptar que le guste el
chocolate, los gofres, la Grand Place, la arquitectura, pero ¿tanto cómo ir
siempre que tiene tiempo libre?
Cris sacudió
confundido su cabeza, por aquella pregunta. Sin embargo, sabía que las
continuas apariciones de Megan en Bruselas no eran una casualidad.
-¿Qué hay entre
vosotros?
-¿Qué quieres
que haya? Nada. Una buena amistad.
-Pues ella no es
lo que quiere –le dijo cuando la canción hubo terminado.
Cris la esperó
sin motivo aparente. La siguió con la mirada mientras ella caminaba en su busca
enfundada en aquel vestido color Burdeos, que resaltaba su figura. La vio
acercarse con una sonrisa que le gustó. ¡Le gustó que le sonriera!
-Dime una cosa.
-Adelante.
-¿Por qué vienes
a verme a Bruselas? –le preguntó burlón, mientras fruncía el ceño y la miraba
como si la estuviera acusando de haber cometido algún delito.
Megan se quedó
paralizada por su pregunta. La verdad era que no se la esperaba. Ni mucho
menos. Pensó que tal vez se hubiera dado cuenta de ello. Pero al parecer no
había sido así.
-Pues porque
somos amigos desde hace mucho tiempo. No llevamos bien, y…-Titubeaba sin saber
qué más poder decirle. No quería confesarle en verdad lo que sentía, o porqué
iba a verlo.- ¿Y tú? ¿Por qué me dejas dormir en tu casa, porqué estás
pendiente de mí cada vez que voy a verte? –le preguntó alzando la voz
enfurecida por la situación. Estaba cabreada con él.- ¿Por qué me preguntas
cuando voy a volver?
El tono de esta
última pregunta fue más comedido, pero igual de intenso que en las anteriores.
Megan lo miró fijamente esperando su respuesta, mientras sus labios permanecían
entreabiertos. Le costaba respirar en esos momentos tan complicados.
-Yo no te voy a
responder. Ven.
La cogió de la
mano una segunda vez y la situó el centro de la pista de baile improvisada en
el jardín. Luego se acercó hasta el grupo de cantantes y tras intercambiar algunas palabras regresó junto a Megan. Todo
el mundo permanecía expectante. Ariadna sonreía porque o mucho se equivocaba o
sabía lo que iba a hacer Cris. Megan lo miraba confundida, y a la vez sentía
algo de vergüenza por ser el centro de todas las miradas.
La música
arrancó mientras Cris se quedaba mirando fijamente a Megan. Extrajo una llave
del interior de su chaqueta y la depositó en la palma de su mano mientras él
cantaba al son de las guitarras y violines:
-Aquí tienes la llave de mi alma. Puedes
entrar a la hora que tú quieras. Para que veas si hay alguien en el mundo que
pueda darte lo que yo quisiera…
Megan no podía
creer lo que le estaba sucediendo. ¿Cris se había vuelto loco? ¡Le estaba
dedicando una canción! ¡No. Se la estaba cantando!
-… Pero qué quieres que yo haga vida mía. Si el
corazón no ve, tan sólo siente.
La gente comenzó
a aplaudir y silbar la actuación de Cris mientras Megan sentía que su corazón
se disparaba dentro de su pecho hasta el punto que creyó que le explotaría. ¡Se
había vuelto loco, definitivamente loco! ¡Sí, pero por ella! Sintió que la
vista se le nublaba, y que la emoción la sobrecogía. Apretó fuertemente la
llave en su mano para no perderla y después rodearlo con sus brazos y besarlo
efusivamente sin importarle el resto de invitados.
-Estás loco –le
dijo en sus propios labios mientras la canción seguía de fondo, pero para ella
había pasado a un segundo plano.- Estás loco, pero me ha gustado.
-Me alegro.
Ahora ya sabes por qué te preguntaba si irías a verme.
Megan sonrió
mientras miraba la llave.
-¿Pretendes que
la use?
-Espero que la
próxima vez que vayas a verme uses la llave para entrar en casa. Pero no la
uses para irte –le susurró provocándole un pálpito de felicidad.
Me encanta tu relato, Kike, te ha quedado genial, muy romántico, felicidades. Me ha encantado formar parte de esta antología y compartir páginas con tantos autores talentosos.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Aglaia, siempre trato de dotarle de mucho romance a la historia. Siempre que pueda colaboraré en antologías.
EliminarBesos
Te felicito Kike y a todos los demás que han colaborado.
ResponderEliminarGracias y espero que guste a la gente
Eliminar¡Felicitaciones Kike! Maravilloso relato. Fue ameno leerte y entretenido. Me ha gustado muchísimo. El final sin palabras. ¡Muy bueno!
ResponderEliminarUn abrazo. Lou
Gracias Lou, siempre buscó crear romanticismo y que a la persona le quede una buena sensación. Lo cierto es que tenía clara la historia y gracias a un mariachi jajajajja
EliminarUn abrazo
Kike
Hola, llevo leídos unos 10 relatos y la cosa está genial, todavía no llegué al mío, pero me da a mí que va a cantar como una oveja negra entre las demás :)
ResponderEliminarA todo esto, que todavía no puse lo de La Antología en mi blog.
Voy a ello.
Saludos y ole por vosotros.
Hola EldanY gracais por pasarte y espero que te gusten todos. ¿Por qué dices eso del tuyo? Seguro que está genial
EliminarSaludos y ole por ti
Kike
Felicidades por el relato, esta genial... Cuando tenga tiempo leeré el librillo. Un besazo.
ResponderEliminarHola Tamara gracias por pasarte, y me alegra que te guste el relato
EliminarUn besazo